viernes, 20 de mayo de 2011
Verbos de Passé Composé con être
miércoles, 18 de mayo de 2011
Ejercicios para rehabilitación de hombro
lunes, 9 de mayo de 2011
Los sugus de piña
Y Guardiola le contesta:
10 Consejos para los adolescentes
Los adolescentes no son niños que tenemos que proteger de todo, principalmente de la verdad. Aquí van 10 consejos muy positivos sobre la vida real para los jóvenes y una guía de la adolescencia que el maestro no te enseñará en el instituto.
10 consejos al adolescente que no le enseñarán en la escuela1. La vida no es justa. Acostúmbrate. El adolescente normal pasa el día diciendo y quejándose: "No es justo".
2. El mundo no se preocupará tanto por tu autoestima como lo hace tu escuela.
3. Lo lamento. No ganarás medio millón de euros al año tan pronto salgas de la escuela, y no serás vicepresidente de la compañía, puede que hasta tengas que usar un uniforme de obrero.
4. Si piensas que tus maestros son duros, espera a tener un jefe.
5. Cocinar, preparar hamburguesas por ejemplo, no está por debajo de tu dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para preparar hamburguesas. Lo llamaban "Oportunidad".
6. No es culpa de tus padres si te equivocas. Tú eres responsable. Recuerda que dijiste: "Es mi vida" y "Tú no me mandas".
7. Antes de que nacieras tus padres no eran aburridos. Se volvieron más serios al solventar sus responsabilidades, como por ejemplo pagar recibos y al escucharte a ti.
8. La vida no está dividida en semestres. Y no tendrás vacaciones en el verano. Ni siquiera un descanso en la primavera. En el trabajo, esperarán que te presentes ocho horas cada día… Durante años.
9. El fumar no hace que te veas súper. Mira a un niño de 11 años con un cigarrillo en la boca. Así te ves tú para cualquier persona mayor de 20 años.
10. Tu escuela puede estar "basada en resultados visibles", pero la vida no lo está. En algunas escuelas te dan tantas oportunidades como necesites para poner la respuesta y para presentar exámenes. Los estándares están fijados bastante bajos para que casi todos puedan cumplirlos. Esto, por supuesto no se parece para nada a la verdadera vida, como pronto lo descubrirás.
Buena suerte. La vas a necesitar. Cuanto más trabajes más afortunado serás.
(vía http://guiajuvenil.com/hijos/10-consejos-al-adolescente-sobre-la-vida.html)
jueves, 5 de mayo de 2011
Una noche cualquiera
Aquella era sin duda una noche normal, sin ruidos extraños, ni tormentas, ni sombras tenebrosas… una noche cualquiera al fin y al cabo, eso sí, había un silencio francamente inquietante, silencio que me quitaba el sueño. No tenía miedo, o eso era lo que quería creer. El caso es que por una extraña razón, me resistía a moverme de la cama. En ese momento me vino a la cabeza una canción que hacía años que no escuchaba, al rato intenté quitármela de la cabeza, pues pensaba que era la causa de mi insomnio. Al final, tal y como me esperaba, no ocurrió nada aquella noche normal y corriente.
Me despertó como cada mañana, el muy molesto sonido del despertador a pilas que nunca falta en todas las mesitas de noche, junto al vaso de agua que lleva ahí tres, y que si te fijas bien, te darás cuenta de que hay renacuajos dentro.
Bueno, la noche siguiente era exactamente igual a la anterior, pero esa vez me dormí enseguida. Aunque esa noche soñé que un hombre de bata blanca de médico me decía algo, pero no recuerdo el qué, lo único que sé es que yo estaba un poco asustada.
Al día siguiente, me desperté, pero ese día, no me llamó el despertador, así que miré el reloj y me levanté de un salto de la cama, y grité: “¡Oh, no! ¡Llego tarde al instituto!” Me vestí todo lo rápido que pude, y me fui yo sola caminando al colegio. Ahora que lo pienso, esa mañana no vi a mis padres, pero no sé por qué, parecía que no me daba cuenta de ello. Era todavía de noche, cosa que tampoco me pareció raro, y llegué al instituto. Entré en clase, entró el profesor conmigo, y empezó a dar clase, estábamos solos el profe y yo, pero al igual que había ocurrido durante toda la mañana, no parecía darme cuenta de estos extraños sucesos. A partir de aquí, los recuerdos se hacen cada vez más borrosos e irrecordables, una cosa cualquiera como recordar qué había cenado aquella noche, era una misión imposible para mí.
A la mañana siguiente, desperté y pensé que había sido un sueño, el despertador sonó, mis padres estaban allí y no era de noche, razón suficiente para que una persona cuerda se dé cuenta de que era así.
Pero el día se hizo muy extraño, mis amigos hablaban de cosas que nunca habían pasado, mis profesores me pedían tarea que no habían mandado, era como si me hubiera perdido algo importante, o algo sin importancia, no lo sé… supongo que estaba muy confusa. Aunque de una cosa sí me di cuenta, todo el mundo estaba muy nervioso, y no paraban de mirarme, creí entonces que tenían algo que contarme.
Poco a poco me di cuenta de qué había pasado, y creo finalmente que me ocurrió algo que me hizo perder varios días de mi vida, puede que esté relacionado con el hombre de bata blanca, pero también puede estar relacionado con cualquier cosa. Puede también que los días en los que yo estaba “ausente” ocurrió algo que todos se niegan a contar.
Nunca pensé que perder unos pocos días de mi vida despertaría tanta curiosidad en mí.
Este es un relato escrito por Paula Moreno.